Yo NUNCA fui portada TP (2): Las mascotas

Durante los años 80, en varias ocasiones mascotas de juegos olímpicos o del Un, dos, tres protagonizaron la portada de la revista. Pero, aún así no fueron las mascotas más populares que ha habido en nuestro país. Nuestra propia mascota olímpica no tuvo su portada, y otros ejemplos que os mostramos a continuación en estas portadas falsas. 

Naranjito

La cítrica mascota del Mundial España '82 tuvo su propia serie: Fútbol en acción que hacía un recorrido por el mundo de los mundiales. Sin embargo, a pesar de su popularidad, Teleprograma optó por dedicar su portada a jugadores de la Selección Española (como siempre han hecho y como se puede ver en nuestra web). Para nuestro mundial incluso hubo portada mundialística dos semanas consecutivas, pero ninguna para Naranjito.

Ruperta

Ruperta apareció en la portada en dos ocasiones: junto al trío Martes y Trece (1982) y en pequeñito junto a Josep María Bachs (1994), pero tanto la primera ocasión (era una calabaza horriblemente fea) como la segunda (un dibujo demasiado enano) nos parecen olvidables. Si el Chollo tuvo una portada... por qué Ruperta no si es el símbolo del programa desde 1972 a 2004?

Cobi

Misha (JJOO Moscú 1980) y Hodori (JJOO Seúl 88) no serán tan recordados por los españoles como nuestra propia mascota olímpica: Cobi. Al igual que Naranjito, Cobi también tuvo serie propia, La troupe de Cobi (Autonómicas). A pesar de su popularidad, la portada de la Barcelona olímpica de TP fue a parar a los periodistas de TVE que cubrieron el evento. Para más inri, el suplemento olímpico de dicho número se dedicó a los deportistas más populares de la edición y sin rastro de mascota.

Los gallifantes

Cuatro etapas bien distintas, con cuatro presentadores bien distintos, a lo largo de cuatro años y ni una sola portada para Juego de niños. Amparo Soler Leal, Ignacio Salas, Tina Sainz y Javier Sardà tuvieron que verse las caras cada semana con estos extraños animales que eran los puntos que se iban ganando durante el programa. Al final del mismo, los gallifantes se convertían en pesetas.